30 de enero de 2011

Enero y su popurrí.

En este 1° mes del 2011, me ocurrieron cosas particulares. No digo que sea la persona más interesante de la galaxia, pero hay hechos puntuales que me gustaría compartir. Aquí vamos:


* Debo reconocer que pasé un hermoso Año Nuevo. Puede ser estúpido, pero por primera vez hubo una reunión familiar amena e irreconociblemente feliz. Con visita a un barrio añorado, reencuentro con viejos amigos, etc.


* Escuché consejos ajenos, no me escuché a mi misma y lloré como una desquiciada. Parte de este blog muestra ese proceso, pero en este
principio de año tropecé con errores y aciertos. Se me secaron los lagrimales, perdí las ganas de todo, pero al final descubrí que hay una luz, una esperanza.. Sobreviví a situaciones peores, pero fundamentalmente estoy viva.


* Noté que muchos amigos aparecieron y volvieron a desaparecer. Pero por una cuestión lógica. Los juzgué, me alejé de ellos, pero ahora sé que en el fondo, están. En las sombras. Pero no se fueron del todo. Otros, en cambio, se establecieron con más fuerza..y un "gracias" no alcanza, para pagarles todo lo que hicieron por mí (Al menos les demostré más cariño de lo usual).


* Volví a retomar cosas que había dejado por el camino. Inglés es una de ellas. Y no me arrepiento en absoluto. Es un grupo de gente maravillosa y la misma dinámica hace que al final de cada clase vuelva a casa con una sonrisa.
Pintar es la siguiente de la lista. Me dí el gusto de gastar dinero en pinturas, barnices, etc. Comencé lentamente refaccionando cajas y eso.. Pero es un comienzo al fin. Y dibujar. Mejoré algo con el lápiz, aunque realmente prefiera más la carbonilla, por más engorroso que sea fijarla, etc.


* Dejé el curso de verano. Se lo conté a muy pocas personas, porque al principio, tuve mucha verguenza de admitirlo, pero después no me importó. Si lo hice fue porque necesitaba descansar. Sé que tenía que cursarla por varios motivos, pero realmente llegué el primer día desanimada, acalorada, tarde y estaba asquerosamente intratable. A las dos horas, abandoné el aula y fui a casa de un amigo a lamentarme.
Pero bueno, prepararé un final, previa escapada a donde sea. Quiero un año de cursada meramente disfrutable.


Y unos extras más bizarros:


* El crédito me dura una barbaridad. Tanto que me acreditan el doble del mismo, pero no sé como gastarlo.


* La hija de mi jefa me recuerda a la película Mi encuentro conmigo/The Kid. No es divertido en absoluto.


* Es irónico, pero últimamente mi jefa me vió llorar más veces que mi propia madre.


* Miro demasiado Disney Channel. Y odio a los Jonas Brothers cada día más.


* Recibí una llamada internacional que era para una amiga mientras estaba en el baño de un cine. En el peor momento. Por poco el celular no muere en el inodoro.


* Encuentro cada vez más entretenido el laburo. Me divierto con los hijos de los pacientes (excepto bebés), me río solapadamente de otros pacientes y con ellos incluso; a la vez que aprendo cosas interesantes, además de escuchar anécdotas que mueren en ese ámbito.


* Compartir un café con una amiga, después de visitar un museo, es sencillamente placentero. Más cuando ambas pueden escaparse del mundo real y disfrutar contemplando detalles absurdos, pero detalles que quedarán guardados en la memoria, por mucho tiempo.


*Mis sueños son cada vez más surrealistas. Es imposible explicarles de que manera se dispone la escenografía, los personajes que aparecen y como.. Y los objetos. Jamás soñé tantas veces una lámpara, como lo vengo haciendo desde hace un mes.



Definitivamente necesito vacaciones.

22 de enero de 2011

Diálogos I

Charlas colgadas, esas que quedan flotando, por ser insignificantes, estúpidas o más bien, memorables. He aquí algunos extractos:

1- Compañeros enloquecidos en el break de inglés:

- No puede ser que no entiendas el significado de "discriminación" y prejuicio". Son cosas totalmente diferentes.
-Si, ya sé. Pero el tema es que el cuento hace alusión directa a la discriminación.
-No, es sólo un prejuicio. No implica acción directa. Si hubiera sido así, todos nos hubieramos dado cuenta.
-Por favor, eso porque vos no lo vivís.
-Pero el personaje se está expresando mal. Los está prejuzgando. No les dijo nada, no los está golpenado verbalmente.
-Fijate la entonación.
-Veo tu punto. Me imagino que andás por la vida creyendo que todos discriminamos, y no es así. Nuestra naturaleza humana, la historia misma nos dicta que tenemos la triste tendencia de prejuzgar. Es como un acto de autodefensa.
- No estoy de acuerdo. Evolucionamos, por ende, podemos ir modificando esas cosas.
- Si, falta muchísimo para que eso ocurra.
- Ya lo hicimos. Evolucionamos en muchos aspectos.
- ¡Pero esa no es la cuestión!


Fin de la discusión. El resto de los oyentes estabamos aturdidos, pero muy divertidos, comiendo pochoclos imaginarios...


2- Crítica de cine. Por teléfono:

- Vi Bastardos sin Gloria.
- ¡Por fin! ¿Y qué te pareció?
- Bizarra. Mala
-Vos no entendés nada de cine. Ni de Tarantino.
- Taran-- quién?
- Quentin Tarantino. Un tipo mega groso. Filmó Kill Bill, Reservoir dogs, Pulp Fiction...
-Ninguna de esas me gustaron.
-Yo no sé como estudiás cine, si no te gustaron esas películas, mujer!
-Es que no me gusta la estética que usa, los planos, colores, etc.
- Es que el tipo puso su impronta a partir de romper con los cánones normales, digamos. Tiene su estilo y por eso lo aprecio.
- ¡Pero a mí no me gusta!
- ¿Por qué? Arrrrrrrrrrgggggggggggggggg!
- Porque me parece idiota la historia de Bastardos, el desenlace final de Hitler. Eso no está en la historia oficial.
- Y.. ¿A quién le importa? Está buenísimo. Es una perfecta parodia.
-Seh.. Lo que quieras.. Pero Hitler no merecía morir así.


No. Mi amiga no es nazi. Pero por un segundo dudé de ello. Pero a las once de la noche de un día lunes, el cansancio vence a tu retórica. La perdonás por esta vez.


3- La inocente sabiduría de una niña:

- ¿Por qué estás triste, Chechu?
- Porque cometí un error y desearía recuperar a una persona.
-¿Un novio tuyo?
-Seh.. (el tono de asombro mezclado con tristeza es espantoso)
-Nah, pero hay muchas personas afuera. El no es el único. Hay muchas más. Sino no existirían mamá, papá, mis hermanos, los pacientes..
-Sí, puede ser.. (No podía disimular el asombro a esta altura)


Su sonrisa picarona mezclada con esas palabras, me quemaron las neuronas. A veces, estas criaturas dicen cosas que los adultos no podemos o no queremos comprender. ¿Sinceridad absoluta? Quién sabe. Piaget no lo creería.

18 de enero de 2011

Ella

Por Facundo Noriega


Intenta prender un cigarrillo. No puede, porque no sabe como hacerlo.
La miro fijo por un instante y trato de entender el porque de sus actos.
Lamentablemente no puedo leer su mente...
Me lo devuelve, molesta. Con un ademán me indica que ya es hora de entrar.


No es cualquier lugar, sino uno que ella eligió para charlar, para perderse como lo suele hacer.
Está plagado de sus recuerdos, incluso con los míos.
Sigo sin entenderla, pero la acompaño en su silencio. Camina con lágrimas en los ojos, aferrándose a mi brazo con una ternura inexplicable. Tratamos de distraernos con el ruido exterior, pero no hay caso.
La miro nuevamente, pero sigue perdida, llorosa. No me queda más remedio que ser simplemente una compañía en esa oscuridad.


Hablamos de pavadas, reímos sin reirnos y parece que vuelve a estabilizarse.
Pero al instante, algo significativo solamente para ella, la devuelve a ese mundo inexplorable. Intento rescatarla, pero ya es tarde; me siento estúpido. Por suerte, nadie lo nota. Pero no puedo evitar sentirme un idiota.


-Decime, que te indujo a fumar, querida?
-Ehh... No sé. Probar cosas nuevas
-Y te parece que está bien?
-No. Pero sólo intento probarme a mí misma. Una especie de reto personal...
-.. a tu autodestrucción. Claro. Inteligente.
-No entendés nada. Si no lo hice antes, con situaciones peores, te crees que ésta sería la ocasión para comenzar?
-Mirá, estás depresiva. Pero jamás te vi así. Me preocupás. Tengo miedo...
-.. por mí? Que conveniente. Como si fuera a cometer una locura. Lo único que haría es lo que estoy haciendo ahora. Nada. Esperar. Tengo otras posibilidades?


Y para eso no tuve respuesta. Por primera vez en toda la tarde de ese domingo lluvioso, enmudecí con una amargura cargada de culpabilidad. Conocía la respuesta, pero una compasión vacía me impidió hablar.

- Parece que paró de llover.
- Hmmm.. Sí. Tu silencio lo confirma todo.
- Qué?!? Yo.. este.. Me duele decirte lo que ya intuís.
- Prefiero.
- A veces sos tan masoquista. No te entiendo
- No tenés porque hacerlo. Ni yo me comprendo.


Otro silencio para culminar nuestra tarde de distracciones. Ese lugar, su pequeña cajita de recuerdos, como ella la suele llamar, la reconforta.
Caminamos despacio, absortos en nuestros pensamientos. La miro por última vez, intentando comprender toda la situación. Fallé una vez más.
La razón es absurda, sólo el corazón puede darme una respuesta.


Pero qué clase de respuesta? Una que no puedo comprender, por ahora.
Y quizás nunca lo logre. Ni siquiera fumar.

10 de enero de 2011

Síntesis

Luck. No. Hope, I mean.. It lives close to you, even to me.
Wanna survive. Wanna..


.. back the time. Wanna back with you.



Error. Culpa. Hechos. Enmiendas.
Hay un único sentimiento que todo lo puede, que todo lo sana..



Yapa para la satisfacción temporal (Parte II): Best American - Lucky

8 de enero de 2011

Can you forgive her?


It was love, and now you can't pretend
You've forgotten all the promises of that first friend
It's bad enough, she knows how you feel
But she's not prepared to share you with the memory



Suenan tan bien, que incluso me levanta el ánimo.


 Y de yapa, como quien no quiere la cosa: Calvin and Hobbes wonderland - Manipulating Santa

Voces al pasar

No.

Una voz repite a los gritos ese monosílabo incesantemente.

Sí.

Las voces de tu cabeza susurran todas las noches esa palabra.
Corta y plagada de esperanza.
Corta e ilusoria.



Espera sentada todas las mañanas en los más profundo de sus sueños algo que se llama:
respuesta.



"No, ya sé que no llegará" Le dice a un amigo.
"Sí, en algún momento llegará. Paciencia."  Dice su mente.



Esa respuesta es breve, tardía, pero es respuesta al fin.
Con su esencia, un poco fría. No importa... Es maravillosa.
Tenés miedo de saber lo que pasará, porque tu cabeza te escupe muchas probabilidades. A todas las temés, pero tampoco te importa. Tenés lo que querías. Todo está bien.
Pensás que escribir, buscás las palabras adecuadas, tratando de que la sinceridad no vuelva a jugarte una mala pasada. Pero ya no te importa. El primer paso está hecho. Todo lo demás vendrá solo.


Por primera vez sos optimista, todo ese vacío desaparece radicalmente. Estás satisfecha.
Lo lograste. Todo aquello que soñaste, todo el futuro que armaste día a día se concretó con una breve respuesta.
Las voces de tu cabeza se callan. Esa voz cambia de parecer y te sonríe. Todos lo hacen.



No.


Esa respuesta nunca llegó. Nunca llega. Y es posible que jamás llegue.
Tu mente alimenta esas expectativas, esas palabras... ¿Para qué?
Simplemente para no recordar. Para soñar. Para creer en algo que cada día parece imposible.
La paciencia se torna ansiedad. Ansiedad que te consume lentamente.
Pero no te importa. Eso te mantiene activa, a pesar de todo.
No importa que la otra parte piense lo contrario..



"Mira alrededor y decide: Tú puedes elegir entre estar triste o contento" Dice una voz ajena a todo.

Elegís simplemente algo de las dos.
No existe otro escape.. Por ahora.

5 de enero de 2011

Nadie en el medio

Hoy me levanté con una extraña sensación: la de sentirme perdedora. Siempre fui pesimista e impulsiva. A veces, ambas se complementan para hacer de mi vida un espanto cotidiano.

No es una cuestión de victimización, sino más una cuestión de desahogo, un intento desesperado de querer enmendar lo imposible, lo ajeno, lo impropio.
Digo y hago boludeces todo el tiempo. Pero quién no? Aprendí una lección en tiempos conflictivos: "La imperfección es parte de nuestra Naturaleza"; pero quizás abuso y abusé de ella en muchas ocasiones.
No es para usar palabras elegantes, pero jamás me comprendieron al tratar de exteriorizar mis más profundos sentimientos. No importa de que tipo.
Soy una mierda en todos sus planos, aunque la gente diga lo contrario. Hago daño, hago sufrir y no entiendo porque las otras partes sufren.. No puedo entenderlos como ellos a mí.



No puedo y no quiero. El cambio es un proceso que empezó hoy. Que empezó con un mail, con un mail donde me hirieron en lo más profundo de mi ser. Una daga necesaria que no la deseaba.. Allí se confirmaban mis sospechas: la de perder absolutamente toda esperanza de corregir ese error.


Errores. Alguna vez voy a escribir una historia sobre ello. Pero hoy estoy motivada a escribir por medio del dolor, de sentir ese dolor que causé a consciencia, sin pensar en la profundidad de las consecuencias. Me transmitieron ese dolor, aquel que taponé por un tiempo y hace poco explotó. Explotó con un olor que sigue perturbándome. Lo enfrenté, me senté ante él y decidí acogerlo, como forma de implorar el perdón que jamás obtendré.
Tampoco quiero que se vaya, quiero convivir con él hasta que me desgarre, por más masoquista que suene. Es el precio que debo pagar. Ni el dinero podrá. Ni la mismísima vida.



No puedo y no quiero. Nada nuevo. Tampoco quiero vivir el pasado. Viviré el presente imaginando historias falsas, alimentándome con ese dolor, transformándolo en una danza alegre en mi cabeza. Así será. Por la mierda que soy. Me lo merezco, no me lo digas.
Ellos estarán bien. Sobreviven. Sobrevivieron. Estarán contentos y esa será la única satisfacción que podré tener. La que hará que yo sobreviva. Vitamina de los dioses. Dulce agonía.



El espanto cotidiano del que mencioné al principio, es sólo una llave al aprendizaje. Ese que siempre está de la mano del dolor.

Gracias. Y gracias por no entender un pito lo que escribí.