22 de octubre de 2010

¿Qué día es hoy?

La semana pasada decidí romper un calendario. Ahora se van a preguntar, por qué?
Empecé un extraño ritual de despegarme de las fechas.. Y ahora quieren realmente saber porque.
La historia es la siguiente:


-Dependo de las fechas. Las consumo y ellas me consumen.
Vivo de los recuerdos. De los buenos y de los malos. Busco las relaciones numéricas entre los números afectados. Simplemente los adoro o los aborrezco.-


Esto se llama dependencia.
Deshacerse de eso, no implica romper un simple calendario. Porque el proceso mental es más delicado, más frágil.
Entonces qué hacer?

Simple: Confiar en Don Tiempo. Confiar en uno mismo, esencialmente

20 de octubre de 2010

Destruirás lo tuyo.

¿Quiénes somos?
Una extraña mezcla de culturas, estampados con el sello globalizador. Que aspira lo inalcanzable, que desconoce sus orígenes, que desprecia al pasado.
¿Que fuimos?
Fueron. Un pueblo que respetaba lo que hoy olvidamos. Una cultura arrancada de raíz, perdida en el tiempo, recolectada por pocos libros de historia. Un pasado tapado por adobe y piedras.




..adobe y piedras. Rastros de una arquitectura monumental. Rastros de su adoración...
Pérdida absoluta de su existencia. Razón de nuestra supervivencia en la Tierra.
Ellos lo entendieron, y nosotros aún creyendo en banalidades.



Una religión costosa y con disvalores, pero no sacrificada y valiosa como la de ellos.



Alguna vez entenderemos. Alguna vez, cuando vengan a conquistarnos otros entenderemos.
Será tarde.
El ciclo será completo.

Creeme.

11 de octubre de 2010

¿Qué escribir?

Los nervios previos. Tu cabeza tiene mil ideas, pero no sabés cual podría ser la adecuada.
En realidad, decidí cambiar como parte del ritual que empecé hace unos días. Una manera de guardar en una cajita al pasado, como algo hermoso con un gustito fortísimo a nostalgia.. Quizás esa cajita se abra de vez en cuando, pero ya tendrá otra matiz, mezclado con el presente.
Un presente extraño, ciclotímico pero diferente. Como el ritual mismo.
Como forma de agradecimiento, como una tarjetita de invitación a continuar transitando el camino de la vida.
Una nueva visión del mundo. Ese que cambia permanentemente y que cada vez que querés ponerte al tanto de lo nuevo, hay mil quinientas novedades que te sacará más tiempo que leer las estupideces que estoy escribiendo.

Mil ideas. Y plasmé la inadecuada.