1 de abril de 2011

Diálogos III

La vida a veces puede escupirte en la cara, aclarándote cuán idiota podés ser y en otras tantas, darte oportunidades. He aquí la siguiente conversación que refleja más lo segundo que lo primero:


-Hola, cómo andas?
-¿Facu? ¿Sos vos?
-Si, pelotuda.. Quién más?
- No esperaba tu llamado.
-Soy indeseable en tu vida, acaso?
-No, simplemente te fuiste en el peor momento.
-Me fui por estar disconforme con tu decisión. No me escuchaste; hiciste la tuya.
-No hice la mía, no fue un ataque de impulsividad.. Me obiligaron a que me fuera prácticamente.

-Mentira. Nadie te echó.
-No sabés. No escuchaste, por ende, no sabés. ¿Ya no crees en mi? ¿Para eso me llamás? ¿Para criticarme como lo hace TODO el mundo?
-Amiga, te adoro, te amo.. Pero vos buscaste para irte. Y sabes que es así. Te conozco demasiado bien.
-Te juro que voy a cortar. No tengo ganas de tolerar tus boludeces..
-Realmente este mes y pico que perdimos contacto, me di cuenta que me haces falta. ¡Sos mi bastón, forra!
Yo sé que fui un exagerado en la manera que te traté ese día, pero estaba muy molesto con todo esto..
-No era manera, como bien decís, de plantearme tu desacuerdo. Yo necesitaba un hombro y vos lo que hiciste fue tirarme a los lobos.
-Lo sé y me arrepiento terriblemente. Si me querés perdonar, te juro que me pondría re feliz, sino tendré que fingir que jamás tuvimos esta conversación.

-No seas pelotudo.. Obvio que te perdono. Hace un mes que hablo sola; hablo con las paredes del baño. Te necesito, che.
-Nadie más puede entenderte como yo.
-¡Pará! No te agrandes, que corto ehh!




La conversación fue reciente.. La vida no apesta, después de todo. Y la gente, tampoco.
Recuperar personas que verdaderamente valen la pena, te sacan una sonrisa que pueden durar días enteros.