13 de abril de 2012

Ella II

Entre la locura y su belleza indomable, ella se para en medio de la avenida esperando que algo o alguien se la lleve. ¿Por qué? Está desesperada, cansada, deprimida. 
Jamás, en estos años que llevamos siendo amigos la había visto así: derrotada
Perdida entre la muchedumbre, ella va caminando despacio, con la cabeza baja, vestida con colores tan básicos como aburridos. Incluso ha dejado de sonreír, pero de verdad.
He intentado sumergirme en su mundo, pero tiene un poder envidiable para esconder sus verdaderos problemas. Puede contarnos miles de cosas, pero jamás va al punto central de su dolor. Es como si le encantara sufrir acompañada por su soledad.

Pero esta vez no sufre por ese alguien, sino porque siente que su Universo se va desmoronando. Yo lo sé, lo siento. Siento su energía, sus vibras perdidas con el viento. Vulnerable, se desiste a escuchar cualquier consejo, perdiéndose en sus pensamientos que rayan del pesimismo. 

No sé a que extremo jugará esta vez, pero tendré que hallar alguna solución para devolverle su vitalidad, su color, su alegría. 
Incluso me pasaría toda la vida buscando ese elemento perdido, pero no me detendré hasta lograrlo...



Voy a curarte el alma en duelo,
voy a dejarte como nuevo
Y todo va a pasar,
pronto verás el sol brillar

Tú más que nadie merecer ser feliz

Ya vas a ver como van sanando
poco a poco tus heridas
Ya vas a ver como va
la misma vida a decantar, la sal que sobra del mar

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