28 de mayo de 2014

El grupo de los 6.


Por fin se conocían... 
Eran 6. 
Ninguno sabía de a existencia del otro, pero allí estaban, contemplando un féretro que rezaba nombre de mujer. 
Hacía un día maravilloso, pero allí estaban. 
Todos juntos. 
No sabemos quien los presentó como sabiendo con exactitud los nombres y las ocupaciones de cada uno. Ninguno entendía nada, pero no dejaban de escudriñarse tratando de ver que tenía cada uno, que los hacía superior y que los hacía inferior.
Uno de ellos tomó la iniciativa y extendió su mano. Se presentó como el segundo
Los otros dudaron por un segundo y se fueron presentando cada uno por números. 
La ceremonia estaba concluyendo y casi todos se estaban yendo, menos ellos. 
Querían conocerse. 

Y conocerla.

Empezaron de a uno a contar sus miserias, sus viviencias, alegrías y algún que otro recuerdo morboso. Ninguno lloraba. 
Dos de ellos reían como estúpidos, dos ironizaban y uno se perdía en el silencio del lugar.
Se dieron cuenta que además de compartir a una mujer, compartían cosas particulares... 
Pasaron horas y aún seguían allí alrededor de lo que hoy era ya solo un recuerdo.

Todos comprendieron porque estaban allí. 
Que fueron. Y el porque. 
No se odiaban.
Los hombres son incapaces de odiarse entre ellos. 
Siempre encuentran la forma de aceptarse y adaptarse al medio. 

Se fueron despidiendo con la promesa de volver a juntarse para recordarla o más bien, para ver hasta que punto ella fue capaz de lastimarlos. 


Porque eso los unía... 
El dolor en todos sus matices. 

Por eso eran tan especiales. 
Porque eran solo ellos 6.   

14 de mayo de 2014

Canción a diseñar.

No hay melodía más bella que escuchar tu voz,
Perderme en la perfección  de tu sonoridad.
Para luego encontrarte en nuevas armonías que solo el viento se las llevará.

Líneas absurdas se conjugan con tus sombras,
Yo solo quiero dibujarte un poco más
Pero vos preferís... ¿Qué preferís?

Respeto cada silencio propuesto,
pero dejame cruzar la línea del horizonte para así alcanzarte.

Más que un hit, vas a quedarte impreso en los libros de historia.

Quedate y diseñemos un rato.

6 de marzo de 2014

Pensando arquitectura



Pasamos más de la mitad de nuestras vidas transitando lugares, recorriéndolos sin saber que pasarán a formar parte de nuestra memoria emotiva.

Muchos los recuerdan con mucha nitidez, otros se van olvidando con el tiempo por donde anduvieron. Pero casi todos recuerdan lugares emblemáticos, lugares que dejaron marcas profundas tanto agradables como desagradables.

Recorrer una ciudad no es solamente caminar por calles que nos parezcan “interesantes” sacando fotos porque saldrán bonitas. Recorrer una ciudad implica sentir como ella, que al transitarla tratemos de imaginarnos como fue concebido cada espacio, o que inmueble lo ocupaba previamente.

Recorrer una ciudad va más allá de "mirarla". Se ejercita el arte de observar a consciencia lo que ocurre en un espacio determinado, analizando sus cambios que pueden perdurar en el tiempo y del cual formamos parte.

Formamos parte de los cambios de una ciudad en la medida que aceptamos tácitamente como se va modificando, transformando o destruyendo la misma. Aceptamos todo eso, siguiendo nuestras vidas a compás de esa ciudad que muta en forma silenciosa.

Con el tiempo nos sentimos invadidos, atacados por edificios que son casi idénticos entre si, con pocos espacios verdes, con mucho tránsito.
Olvidamos rápidamente lo que era ese espacio antes… Solía ser un espacio con poco monumentalismo, con calles más anchas y menos transitadas, con boulevares pintorescos, con fachadas más ornamentales que funcionales.

Decidimos huir a buscar nuevos lugares, a explorarlos y a impresionarnos por su carácter histórico, pero forman parte de un pasado que nos resulta más fácil recrear, pero muy pocas veces podemos entender su concepción, evolución y destrucción. Nos gusta aparentar. 

Aceptamos esos cambios en gran parte, pero tendemos a la comparación, quejándonos con vehemencia de nuestro hábitat. Que error el nuestro. A veces parecemos tan incorregibles.

Recorrer una ciudad implica saber observar, criticando con coherencia, reconociendo que hay lugares recorribles, apetecibles que no necesitan tener más de 300 años de historia, ni estar en los pasajes de un libro, sino que pueden lugares tan simples como una esquina con una fachada cuyos colores nos transporten al pasado y nos permita soñar por un rato.
 

19 de febrero de 2014

Amor eterno.

Camino y me ahogo.
Camino y me asfixio.
Todas las mañanas, sumida en mi rutina te veo crecer, transformarte, deformarte.
Me puse a pensar en tu historia, en tu pasado.
Tu historia tiene muchos matices, incluyendo sangre.

Camino y te contemplo.
Me enamorás, pero en el fondo siento que me decepcionás cada tanto.
Vos y yo sabemos que nacimos para estar juntas.
Fue amor a primera vista y traición asegurada.

Camino atemorizada de perderte, de enamorarme de otra.
De que otra me haga perder la cabeza.
Pero tus líneas me obsesionan, tu asimetría..
Me seduce tu luz.

Pero un día me cansaré de vos.
De que no me escuches.
De que pierdas tus colores.
De que te destruyan.

Nunca me abandones, mi Buenos Aires querida. 

5 de febrero de 2014