11 de junio de 2011

Sin destinatario.

Recibí una carta de ella... 


"Hija mía:
              
                Pasó mucho tiempo desde que no estás más conmigo y quisiera saber realmente como estás. Perdí la costumbre de saber de tus horarios, a que hora volvés, que hacés o con quien te juntás..
Me molesta no poder controlarte en cierta forma, aunque sea complicado de reconocerlo. Pero espero que algún entiendas que lo hacía para que nunca te pasara nada, porque sos el tesoro más importante de mi vida. Pero te fuiste, por culpa mía. Y nada puedo hacer para solucionarlo. ¿Qué hacer ante esta terrible situación? ¿Cómo lograr recuperar tu confianza después de esto? 
Impulsos que a veces no podemos controlar. Sé que sos así, querida mía.. Y por eso te pido que no cometas los mismos errores que me llevaron a esto, que aprendas de esta experiencia para que el día de mañana seas feliz; con o sin hijos, pero que puedas ser feliz. 
   Quisiera saber  que sentís al leer esto, ver tus ojos, tu cara, darte un abrazo y decirte cuánto me importas. Porque es cierto. Ah, como me encantaría retroceder el tiempo y poder borrar de un plumazo todo lo que te dije, herida, pero errada y poder decirte todo lo que te dije al principio. Palabras hermosas, alentadoras, que te hagan bien y puedas salir adelante. 
  Si dejé pasar tanto tiempo es por culpa de mi orgullo, ese que nos alimenta a ambas, porque somos así, muy similares. Auténtica madre e hija. Lamentablemente nunca pudimos ser amigas, confidentes, me tuviste miedo a que te criticara más de lo normal. Siempre soñé con que me confiaras libremente de todos tus pesares, de tus alegrías. Todo. Sé que lo hacías a medias, y eso me ponía peor.. Porque en vez de ayudarte en ciertas ocasiones, sólo te ahuyentaba. 
  Sé que soñabas una madre más independiente, libre de sí misma, y todo lo que me decías, de una forma poco amigable, pero sé que lo decías dolida y jamás pude entenderte.. Por ese orgullo que no podré desprenderme, hasta que pierda todo aquello que protejo de manera desmedida.
  Todo por querer ser una madre preocupada, pendiente de su hija; tratando de evitar que el mundo te corrompa, que no te hagan sufrir, sólo que te hagan bien.
   
   Pero reconozco que eso forma parte de la vida, es el proceso que debemos vivir todos. ¿Por qué tratar de esconderte de algo inevitable? Sólo por amor. Amor que ojalá algún día puedas comprender y perdonarme, porque no puedo estar más que arrepentida, arrepentida de corazón porque no estés más a mi lado...

  ...que podamos recordar esto como una anécdota, un simple recuerdo, amargo, pero recuerdo al fin.

                   No te olvides de estas palabras, ni de que te amo inmensamente.
                                                                                        Mamá. "

...Mentira. No sé si la recibiré. No sé si pasará concretamente.
Algún día espero recibir palabras similares, de recuperar esa parte mía que perdí un día caluroso de febrero, haciéndole creer al resto que logré mi independencia absoluta.

Podrá ser, pero por otro lado, perdí algo que no sé que es aún, y no lo sabré hasta que esa carta llegue a mi.

Alguna vez.

22 de mayo de 2011

Cosas dichas al pasar..

"Love is that condition in which the happiness of another person is essential to your own."
— Robert A. Heinlein (Stranger in a Strange Land)


"I love you without knowing how, or when, or from where. I love you simply, without problems or pride: I love you in this way because I do not know any other way of loving but this, in which there is no I or you, so intimate that your hand upon my chest is my hand, so intimate that when I fall asleep your eyes close."
— Pablo Neruda (Cien sonetos de amor)


Creo que es una de las pocas cosas que me mantienen viva aún.. Pocas personas lo demuestran abiertamente.
De algunas, lo necesito con más fervor. De otras, simplemente lo siento sin necesidad de demostraciòn alguna.


Explicaciones al pasar.. De cosas ya dichas.

8 de mayo de 2011

Buenos Aires: Hotel Chile.

Entre tantas ocupaciones, siempre queda un pequeño espacio para escribir. No. Pero les dejo una pequeña crónica, un trabajo para la facultad. Ojalá lo haya escrito por ocio...

Avenida de Mayo tiene una particularidad: de mostrar la faceta más antigua de Buenos Aires. Pero “antigua” es un decir, comprada con las sucesivas construcciones que vemos actualmente. Dicha avenida, nos transporta a fines del S. XIX y principios del S. XX.
Me costó encontrar al hotel, más que nada, porque de ver tantos edificios juntos, y pequeños locales perdidos en la periferia; apenas divisé al mismo. Es extraño, porque ni bien lo vi, me dio la sensación de que era un complemento del edificio vecino, o simplemente que había algo similar anteriormente.
En parte me equivoqué...

Observarlo, hizo que mi imaginación me transportara al tiempo donde fue erigido. Me lo imagine resplandeciente, victorioso entre sus vecinos, lleno de luz (factores que sencillamente los había perdido). Pero no todo era negativo; le favorecía la sencillez. La sutileza de los materiales y de las molduras mismas, lo hacían especial. Al mismo tiempo, la rigidez mínima, haciendo notar el posible uso (cosa que los demás no lo sabían lucir), los colores eran siempre los mismos: el del hormigón. Desgastado. Que sufrió el paso del tiempo y quizás también múltiples cambios.
Insisto que no todo era negativo… Su implantación en la esquina, le daba cierto brillo que los otros no sabían o no querían mostrar. Pero hay que detenerse a observarlo; con solo mirar no alcanza realmente.
El interior era más cálido por sus colores, denotando un contraste importante con el exterior. El ideal de conservar la sencillez, los llevó a que todo el mobiliario sea acorde al lugar mismo, destacando la amplitud del espacio que invitaba al descanso inmediato.
Me sentía cómoda y nostálgica al mismo tiempo ¿Era eso lo que lo hacia sentir especial?
Ya había viajado en el tiempo y eso me entristecía un poco... la rigidez y lo vanguardista hace que me asuste y me aburra de a ratos. Pero esto era diferente. ¿Cómo algo tan simple logró cautivarme a partir de sus pequeñas fallas?
Simple: creemos que con muchos, hacemos cosas increíbles, cuando no nos convencemos que con poco logramos óptimos resultados. Es cuestión de ver un poco mas de lo que nos imponen, sin importar el movimiento o la época que nos situemos.
Con esa deducción, salí a enfrentarme a Buenos Aires nuevamente, con una sonrisa.



Los edificios viejos no sirven. Están para estorbar, no para vivir en ellos. Ya cumplieron su tiempo… Es hora de aceptar lo nuevo. Te lo digo yo, porque vivo en uno de ellos.” – señora que pasó de ser random a ser una compañía agradable.

Foto robada a un querido amigo/compañero de facultad.
Hotel Chile: Avenida de Mayo y Santiago del Estero.

1 de abril de 2011

Diálogos III

La vida a veces puede escupirte en la cara, aclarándote cuán idiota podés ser y en otras tantas, darte oportunidades. He aquí la siguiente conversación que refleja más lo segundo que lo primero:


-Hola, cómo andas?
-¿Facu? ¿Sos vos?
-Si, pelotuda.. Quién más?
- No esperaba tu llamado.
-Soy indeseable en tu vida, acaso?
-No, simplemente te fuiste en el peor momento.
-Me fui por estar disconforme con tu decisión. No me escuchaste; hiciste la tuya.
-No hice la mía, no fue un ataque de impulsividad.. Me obiligaron a que me fuera prácticamente.

-Mentira. Nadie te echó.
-No sabés. No escuchaste, por ende, no sabés. ¿Ya no crees en mi? ¿Para eso me llamás? ¿Para criticarme como lo hace TODO el mundo?
-Amiga, te adoro, te amo.. Pero vos buscaste para irte. Y sabes que es así. Te conozco demasiado bien.
-Te juro que voy a cortar. No tengo ganas de tolerar tus boludeces..
-Realmente este mes y pico que perdimos contacto, me di cuenta que me haces falta. ¡Sos mi bastón, forra!
Yo sé que fui un exagerado en la manera que te traté ese día, pero estaba muy molesto con todo esto..
-No era manera, como bien decís, de plantearme tu desacuerdo. Yo necesitaba un hombro y vos lo que hiciste fue tirarme a los lobos.
-Lo sé y me arrepiento terriblemente. Si me querés perdonar, te juro que me pondría re feliz, sino tendré que fingir que jamás tuvimos esta conversación.

-No seas pelotudo.. Obvio que te perdono. Hace un mes que hablo sola; hablo con las paredes del baño. Te necesito, che.
-Nadie más puede entenderte como yo.
-¡Pará! No te agrandes, que corto ehh!




La conversación fue reciente.. La vida no apesta, después de todo. Y la gente, tampoco.
Recuperar personas que verdaderamente valen la pena, te sacan una sonrisa que pueden durar días enteros.