He estado más de dos meses ausente, no por una cuestión de imposibilidad física, sino más bien por todos los debates morales por los que he tenido que atravesar.
- ¿Cuando no? - Dirán ellos.
- Como siempre, ella trata de defenestrarnos- Dirán otros.
(Defenestrar es una palabra bonita, dicho sea de paso)
Volvamos.
Los debates no son otra cosa, que peleas internas entre todas las vocecitas de mi cabeza, por intentar entender a la vida misma… Porque no volvés a tu casa, porque no escuchás a tus amigos, porque querés huir de los problemas yéndote a la puta Antártida; en fin, esas vocecitas parecen legisladores en sesiones extraordinarias.
Están. Pensé que iban a irse, pero no lo hacen. Peor aún, quizás no se vayan jamás.
Error.
El día que deje de pensar demasiado, de revolverme en la miseria de la lógica, y aprenda a sentir más, esas vocecitas desaparecerán.
Desaparecerán del todo, cuando deje de pronosticar un destino falso, de planificar una vida que quizás no me pertenezca.
El destino es algo más simple que las palabras rebuscadas que vienen escritas en un libro de autoayuda…
El destino es algo más simple que las palabras rebuscadas que vienen escritas en un libro de autoayuda…
Es no dejar de ser uno mismo.
“One often meets his destiny on the road he takes to avoid it.” - Oogway , Kung Fu Panda.
Aclaración:
En la presente nota no se quiso deslegitimar a ningún autor de libros de autoayuda. Cada uno con su creencia, religión, pensamientos, etc.
Pucha odio esas voces, que tenemos todos ahí dando vueltas, nos persiguen. Estaría bueno un MUTE, onda control remoto, un gran invento sería.
ResponderEliminarSaludos!